viernes, 25 de abril de 2014

Bill Viola, Grand Palais 2014

Bill Viola - Grand Palais 2014
Cuando te enfrentas a una obra de Bill Viola, no sabes nunca que va a suceder entre los límites de la pantalla, simplemente hay que dejarse llevar y esperar que el tiempo transcurra; y eso es exactamente lo que el artista americano nos propone en cada uno de sus trabajos, sus creaciones o mejor dicho recreaciones, éstas nos hablan y proponen en su mayor medida un paseo sobre la longitud del tiempo, su transcurrir y como nos afecta éste paso del tiempo. Tiempo en toda su dimensión de la palabra, relantizado en muchos casos para que seamos testigos conscientes de su grandeza.
Tristan Ascension
Son ya más de 35 años que explora los caminos del video-arte y todas sus posibilidades. Trabaja sin igual no sólo el tiempo como he apuntado anteriormente, el espacio es otra de sus prioridades y como el ser humano se comporta en él. Para Viola el hombre como individuo pasa por la vida en su tránsito hacia la muerte y en ese devenir hacia la inmortalidad. Siguiendo propias palabras del artista así define su más reciente exposición en el Grand Palais de París, como “una suerte de viaje a través de la vida con el conocimiento de que no somos eternos”. La humanidad, elabora, se compone de tres vertientes: los que están por nacer, los que nos han dejado, ambos eternos, y los que estamos como suspendidos entre los dos, los vivos. “El tiempo es lo que hace posible mi vida”
La identidad, la individualidad, la inmortalidad, la vida, la muerte son sus constantes vitales en un espacio-tiempo que el define y utiliza a su antojo, los personajes casi siempre nos lo presenta de una forma bastante estática, con muy poco movimiento, pequeños gestos, sobre todo cuando el elemento principal es el agua, ésta como poderoso elemento en el que se sumergen y con el que Viola se siente particularmente cómodo, ya queda muy atrás su miedo a este elemento - siendo muy pequeño estuvo a punto de ahogarse-. El agua en Viola adquiere una mayor dimensión y poder actuando como filtro y paso de un estado natural a inmortal en algunos casos. "The Reflecting Pool" (1977-79), "Tristan Ascension" (2005), "Three Women" (2008) ó "The Dreamers" (2013) son claros ejemplos del agua como constante en su trayectoria artística. Agua que fluye, que está en continuo movimiento, hace que los cuerpos se sumergan en ella donándoles de una cierta paz y misterio, el agua como elemento es reflactario, con lo cual hace que se multipliquen e irradien una luz especial y espacial al mismo tiempo.
The Dreamers
Walking on the Edge (2012) ó the Encounter (2012) son de los pocos trabajos en los que trabaja en un escenario real, en este caso el Sahara es el elemento real en el que ó bien 2 hombres o bien 2 mujeres se encuentran o se separan en el mismo, convirtiendo el espacio físico en algo mas psicológico. 
Definiría sus obras de vídeo como puestas en escena con una gran dosis de teatralidad, algunas son auténticos set performativos como es el caso de Catherines's Room (2001) Going forth by (2002) , Fire Woman (2005), o Ascension (2000) entre otros . El resultado en cada una de sus obras es una experiencia estética-visual de primer orden, pinta y esculpe con sumo cuidado y mimo cada una de las imágenes, consiguiendo que cada video sea auténtica poesía visual, pero siempre cuestionándose cuestiones tales como quienes somos y a donde vamos…
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Catherine's Room

domingo, 6 de abril de 2014

Staging silence - Hans Op the Beeck

Hans op the  Beeck

La primera vez que tuve ocasión de contemplar una obra  de  el artista belga Hans op the Beeck fue con su video "Parade" (2012), en ésta nos hacía introducirnos en un mundo mágico, teatralizado, en el que el ser humano es parte integrante de ese escenario, convirtiendo tanto los momentos festivos como los trágicos en un gran desfile sobre la vida y la muerte. Acorde con la música los personajes  van desfilando por el escenario a ritmo de vals, en el que somos testigos del pasar y tránsito que es la vida. De nuevo me hallo ante un nuevo trabajo del artista, en esta ocasión el Museo de Arte Moderno de Arnhem le dedica tres salas con sus tres correspondientes video-installaciones.  Tres trabajos de su época más reciente de los que la primera nota a destacar y en común sobre todos ellos es su estética,  trabajos en blanco y negro y toda su extensa gama de grises - colores con los que el artista se siente muy cómodo- y que nos sumergen en un mundo interior de paz y sosiego que nos lleva a reflexionar sobre diferentes aspectos de la vida.

En "Staging Silence 2" (2013) la puesta en escena es totalmente contraria a "Parade". Ahora el espectador se sumerge en un frío y oscuro espacio en el que no hay atisbos de vida humana, pero si en cambio grandes y solitarios escenarios realizados a partir de cotidianos elementos como pueden ser azúcar o simples botellas de plástico, que para nosotros sólo le damos el sentido de meros continentes del preciado líquido.  Un trabajo de una fuerza estética tremenda que me remiten en cierta forma a las estampas japonesas, con esa elegancia de ambientes solitarios y profundos,  como es el caso de un pasiaje formados por montones de azúcar y ramas que se convierten en fantásticos caminos de nieve. No menos bello e impactante es la imagen resultante de la visión del perfil de una ciudad, pongamos por caso una gran ciudad cosmopolita, con todos sus rascacielos que podemos ver a través de un cristal traslúcido, resultado de un minucioso trabajo de ir superponiendo y colocando sobre una superficie acuática recipientes de plástico; todos juntos nos dan la imágen de una gran ciudad. Minutos después sigue transcurriendo el pequeño film y de nuevo sus manos trabajan  a la manera de un teatro de marionetas, construyendo un espacio todo definido por tabletas de chocolate, suelo y paredes de texturas de las onzas de chocolate. El artista esta vez nos deja adentranos en su obra viendo como trabaja su mano y como va colocando sobre el escenario los diferentes elementos; pero el resultado es, ¿ficción ó realidad?


Hans op the Beeck una vez más da muestra de su originalidad, creatividad, sutilidad y elegancia al plasmar cuestiones como la vida y la muerte, el paso del tiempo, la individualidad versus colectividad, la inmigración; todas ellas están presentes en sus obras y llevan al espectador a convertirse en algo más que un mero observador de la misma. El tiempo, el espacio son elementos destacables en todos su trabajos y sus escenarios parecen sacados de diferentes momentos de nuestra vida contemporánea, por lo que realidad y ficción se solapan.  Puede que sus obras visualmente parezcan un tanto melancólicas, donando a los aspectos de la vida  urbana moderna un alo de gran expresión poética.